lunes, 20 de agosto de 2012

Hoy

Siento el vacío de las paredes y el silencio de lo oscuro hacerme caos y culpa.
Te vas a ir sin pedirme perdón y sin perdonarme.
El vómito permanente. La patada certera. La psicología barata.
La soledad del trabajo. La angustia de la cama. El abrazo ausente. 
Me equivoco todos los días. Y no encuentro mano en el camino.
Siempre quise entender por qué pasan las cosas. Pienso de más. 
Sé que no aproveché todo lo que debería. Sé que hubiera podido.
Se esfumarán las miradas y los desplantes. Las despreocupaciones y los gruñidos.
Se irá todo ese cardumen de inseguridades.
Quedarán claveles.
Serán colores y perfumes.


jueves, 26 de abril de 2012

La sombra de las bicicletas a un costado parecían volarse con el viento que nos daba de lleno en la frente. Tu sonrisa se escapaba de la cara y hacía remolinos con la bufanda roja. Tus ojos pardos. Mis manos heladas. Las zapatillas enredándose en el pasto y el corazón cantando escondido. Me dijiste que no volvamos nunca. Que viajemos en bicicleta toda la vida. Me invadió tu perfume a sal y madera. Y ya no tuve miedo.

sábado, 21 de abril de 2012

Hola Doctor. ¿Qué tal? Le cuento: tengo calambres en el gemelo izquierdo. Vienen reiterándose desde hace tres o cuatro semanas. No llevo bien la cuenta. A veces me levanto por la madrugada con un dolor indescriptible. Como si estuvieran detonando una molotov directamente sobre mi pierna. Otras me sucede caminando. Cuando apoyo mal el pie. O cuando lo apoyo bien. A veces siento el dolor en la garganta. Supongo que es una suerte de proyección corporal propia de mi enfermedad.
A veces grito.
A veces espío celulares.
A veces me hago el boludo.
Casi siempre lo extraño.
Y se me lastima el esófago porque sé que estoy enfermo de algo que no puedo contagiar.
Y no puedo intentar que se enferme.
Quiero curarme doctor. Quiero volver a ser sanito y esperar sentado que vuelva de la casa de su mamá sin pensar si le pasó algo. Quiero poder dormirme a la noche sabiendo que anda solo por la calle, o acompañado en los boliches. Quiero dejar de tener el teléfono en la mano ansiando que me responda cuando sé que sólo carga crédito cuando necesita escribir algo.
Quiero que vuele sólo conmigo, doctor.
Quiero darle tiempo. Curarme a la vieja usanza. Poder caminar sin que duela.
Deje, ni me revise.
Lo mío no se perdona. Ya es tarde.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Miraba las estrellas y me acordaba de vos. Recién.
De todo lo poquito que somos. Lo grande que es el mantel en el que vivimos. Las vueltas que da el cielo cada día, y las vueltas que nos da a nosotros. Abrazados a él. Y yo doy vueltas cuando te abrazo, porque me hacés volar como un barrilete. Atado a los dedos. Desprendiendo los papeles de colores de las nubes con cada roce.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Capaz no me cabe no haber ensuciado la cama.
Es como querer que sea virgen, y que sea nuestra antes que lo sea.

Capaz debería dejar de ilusionarme con que me des algo que nadie haya tocado.

Hoy volvía del laburo y pensaba en qué estaría comiendo mi novio. Si había olor a chocolate en la heladería. Si los autos frenaban muy de pronto. Casi al límite.
Si la avenida sonaba aquélla tarde a través de su ventana. Si su vieja sabía. Para qué le puso nombre. Si los deseos se vuelven realidad. Si me la estoy jugando.

martes, 1 de noviembre de 2011

¿Por qué puedo comprenderte y -aún así- se me siga moviendo el hígado con cada foto?

lunes, 24 de octubre de 2011

Soy esa fruta pasada que huele a caramelo.
Soy el viento de una noche de tormenta que se va a ninguna parte.
Un grillo que canta. Una calesita sola.
Soy el agua que tomás antes de irte a la cama. Soy tu sábana al medio.
Una pluma hecha aire. Una nube pasajera de esas que lloran un rato.
Soy el musgo que mira al Sur en la medianera. Un árbol que extraña ser semilla.
Una luna grande tiñendo el cielo de naranja.
Soy lo que busca el otoño. Todo eso que se esconde abajo de una piedra del bosque.
Me acuerdo de mi infancia. Todo el tiempo.
Me recorre un veneno que hacía rato jugaba a las escondidas. Te miro durmiendo mitad afuera, mitad adentro. Como si el cuerpo se te quisiera escapar. Me traslado a la playa y el olor a sal impregnado en las sábanas. La tele prendida, la ventana abierta. 
Sos eso que buscaba. El baúl de los secretos. El que me da la mano para ir a jugar a la calle. 
A quien quiero encontrar cuando vuelvo a casa. Que me mire como si quisiera matarme.
Y siento un miedo indescriptible.
Como cuando era chico y aprendí que mi mamá también se iba a morir.
Tengo a la eternidad y lo efímero peleándose en mis pulmones.




"Lo divino no busca agradarse a sí mismo. Acepta ser rechazado, olvidado, desagradable. Acepta los insultos y las heridas.
La naturaleza sólo busca agradarse a sí misma. Y conseguir que otros la agraden. Dárselas de gran señora. Salirse con la suya. Encuentra razones para ser infeliz cuando todo el mundo que la rodea resplandece y el amor sonríe a través de todas las cosas.
Nos enseñaron que nadie que amara el camino de lo divino acabaría mal.
Yo te seré fiel. No importa lo que me pase."


El árbol de la vida. 2011.

lunes, 17 de octubre de 2011

Sólo veo tu mirada. Metida en mis ojos. Arañándome la boca.


martes, 4 de octubre de 2011

Un día te vas a levantar y me vas a hacer cosquillas en la panza. Voy a abrir los ojos con una sonrisa desparramándose por toda mi cara. Te voy a mirar de reojo mientras voy a la cocina. Voy a preparar café de leche fría mientras vos te das una ducha. Las tostadas van a quedar un poco blancas y la mermelada va a oler a fruta fresca. Voy a abrir la ventana y se va a sentir el aire salado en las mejillas. La luz del sol en la ropa tirada. La tele sin volumen. El piso cálido. Vas a salir del baño y me vas a mirar como diez segundos. Vos poniéndote los pantalones de gimnasia. Mi mochila acomodada al lado de la puerta. Vamos a desayunar a las apuradas, vamos a pasar más tiempo mirándonos. Me vas a contar que encontraste un grupo que hace una música re linda en internet anoche. Vas a ir corriendo a la máquina y me vas a decir "Dale, sólo un poquito". Tus dedos van a buscar acelerados pero seguros. Te voy a sonreir mientras me lavo los dientes frente al espejo y me acomodo la camisa. Vas a bailar en el medio del living. Tu sombra se va a proyectar en la alfombra y va a formar unas figuras llamativas. Te voy a agarrar de la cintura y vamos a transportarnos a un boliche por un par de parpadeos.
Vamos a dar vuelta la cabeza y ver el reloj al mismo tiempo y nos vamos a reir y voy a morderme los labios. Vas a hacer una morisqueta y vas a agarrar las llaves del auto. Yo te voy a ver salir. Te voy a mirar caminando. Unos cuantos pasos. Te vas a dar vuelta. Me vas a tirar un beso. Voy a cerrar la puerta de casa y nos vamos a ir a trabajar un ratito.