domingo, 31 de julio de 2011

me siento más egoísta que de costumbre.
o quizás lo estoy asumiendo. y siempre lo fui.
el viernes a la noche -ya sábado- vi una parejita re linda. y no linda sólo porque fueran lindos. que lo eran. linda porque eran lindos pero a su manera. eran distintos. uno tenía el pelo más oscuro y más corto, con un jopo que me resultó gracioso. el otro tenía el pelo más largo y la barba desprolija. uno miraba más tranquilo y seguro. al otro le gustaba mirar chicos. hablaban mucho. y no se hablaban al oído. la música estaba fuerte pero ellos se entendían. se miraban de frente, cerca. estaban como en una burbuja acústica. estaban en una burbuja.
uno tenía una camisa a cuadros azules sobre una remera blanca. el otro tenía una camisa más ajustada con unas líneas rojas y pantalón negro. creo que usaba zapatos. los dos eran muy jóvenes. quizás más chicos que yo. se dieron un beso.
se los veía en sintonía. se los veía enamorados.
me dieron celos. envidia. de pronto quise irme ya a mi casa y taparme la cabeza. abrazado.
él me agarró de nuevo de la mano y las luces me volvieron a distraer.

sábado, 30 de julio de 2011

el miércoles estaba en el colectivo y vi en la vereda una señora mayor agarrada de la mano de su nieto. él tendría veintitantos. al lado estaba su abuelo. pero él no iba de la mano de nadie.
visualicé la misma imagen una y otra vez en distintos momentos de sus vidas. haciendo los mandados. yendo al colegio. dándole el diploma de egresado. rezando en la iglesia. 
ella tenía la piel oscura y el pelo muy blanco. llevaba una bolsa con el logo de un laboratorio de análisis. se la notaba cansada. cansada de los autos, cansada de los ruidos y de las voces. pero no de la voz de él. que le sonaba a caricia.
él no miraba alrededor, tenía seguridad en su cara. si bien era quien la cuidaba ahora, la mano de ella era la que protegía. porque siempre había sido así. por más ganas que tuviera de hacerse el grande sabía que ella lo protegía. 
tardaron un rato en cruzar la calle. el abuelo se veía preocupado. seguramente había olvidado de qué se trataba todo aquello del amor.
Otra serie con la que estoy embobado. He descubierto que eso de vaciar la memoria es algo que se hacía ya en 1940 por razones médicas mediante electrochoques al cerebro. Algo así como una versión cruda de El eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Qué locura querer borrar cada pedacito de lo que somos. 


House M.D. (temporada 3, capítulo 11)

viernes, 29 de julio de 2011

soy una persona rutinaria.
repetitiva.

no vamos a bailar ahí. pero bien podríamos probar bachata a las risas.
ni vamos a ir a comer helado. salvo entre diálogo y diálogo de una peli.
vamos a invitarlos una picada en el departamento.
vamos a escuchar música triste.
vamos a dibujarnos cada mañana. y sacarnos fotos a la tarde.

voy a volver esperar para abrazarte cada noche.

jueves, 28 de julio de 2011

Anoche pensaba en dos cosas:
a - esta ciudad me asfixia
b - no saqué la basura.


(Cuarenta segundos después se escuchó el camión pasar por la calle)

miércoles, 27 de julio de 2011

Traté de despertarme temprano. Como los últimos diez días. A veces pienso que vivo diferente. Más adelante o más atrás que el resto. Des-compartiendo el tiempo. Más acá, más allá. Parece cerca, pero no lo es. Como en la vuelta al mundo: parece que estás cerca del cielo, pero nunca, nunca lo estás. Es que no se puede estar cerca del cielo. O se está EN el cielo. O se está en la tierra. Algunos saltan y se distraen. Otros se contentan con sumergirse y nadar rodeados de azul, como los pingüinos. Pero volar es otra cosa.
Me levanté y comí algo sin sabor. Tengo la garganta destrozada y eso alteró mi sentido del gusto. Según el médico de guardia es un síntoma totalmente normal. Yo sospecho que me vio la cara. O quizás no vio nada. Porque había salido de la sala hacía treinta segundos. O nunca había entrado. De nuevo lo mismo.
Me bañé. Y salí un poco apurado. Fui hasta la parada del colectivo: había dos señoras sentadas, un hombre con su hijo y otro más al lado. La cuadra y media en esas zapatillas me habían hecho doler (ya) el pie derecho. Como no tenía apuro volví al departamento a cambiarme. Cuando llegué de nuevo a la parada habían pasado escasos cinco minutos y no había nadie. Así que di la vuelta a mi pueblo y llegué a la terminal. Y el que siguió estaba lleno. Así que me senté a la media hora. Y gracias al doctor que no es habitual perder el oído cuando tenés algoasícomo faringitis. Una guitarra que suena y:

 ♫   When will I see you again? 
You left with no goodbye, 
not a single word was said.
No final kiss to seal any seams, 
I had no idea of the state we were in   ♪

Pocas veces estuve cerca tuyo. Y digo pocas porque me las acuerdo. Pero me molesta no acordarme del timbre de tu voz. Cada vez que intento siempre llego a un punto en el que parezco acordarme, vuelvo a ver tu boca moverse, pero no emitís palabra. Hoy sé que de volver a subirme a la vuelta al mundo te llamaría desde lo alto. Te escucharía a cada rato. Te grabaría en un cassette para sonreírme con cada sílaba repetida mientras veo correr la cinta. Y que me intriguen las ruedas girando a distintas velocidades. Me molesta no acordarme las caricias de tus piernas. Ni los dedos en la nuca. Debería existir un mapa con tus arrugas y tus lastimaduras. Y poder aprenderlo cada noche, como las tablas de multiplicar o las preposiciones. Y encontrar la forma de envolver los abrazos y la transpiración. Y que no se acaben.

♪   But I know I have a fickle heart and bitterness, 
and a wandering eye, and a heaviness in my head   ♫

El colectivo estaba repleto de gente y el chico que se sentó al lado mío tenía tu perfume. O eso supuse. Hubiera preferido compartir el viaje con alguna de las señoras. Hubiera querido tomarme el primer colectivo y no éste. O que el reloj nunca hubiera sonado. Vivir dos metros más adelante. Más atrás. El cerebro funciona de una manera tan deliciosa. Los impulsos nerviosos van de un lado al otro y, técnicamente son siempre esas mismas neuronas que salpican conectores y vuelven a llamar. Y cada vez los hilos. O distintos. Lo que más me molesta es confundir tu perfume. No poder definir con certeza tu olor. Me disfrazaría de ladrón, y pasamontañas negro incluido, robaría cada molécula que le regalás al aire y las guardaría en frascos transparentes o amarillos. Cubriría el escondite que se forma entre mi cama y el piso con ellos. Los observaría cada noche. Los cuidaría.

♫   When was the last time you thought of me? 
Or have you completely erased me from your memory? 
I often think about where I went wrong, 
The more I do, the less I know   ♪

Sé que en un par de años voy a tomar ese colectivo para venir a trabajar. Y me voy a acordar cuando hacía el viaje a la inversa. Voy a escuchar los autos a la noche. Voy a ver las luces más brillantes. Voy a tirarme directamente arriba del acolchado cansado. Voy a sacarme las zapatillas que me hicieron doler todo el bendito día. Y voy a mirar abajo de la cama. Quizás de tanto juntar pedacitos tuyos me estás esperando en mi escondite.

martes, 26 de julio de 2011

siempre encuentro algo para distraerme.
para quitarte de mis días que se rompen.
para no verte parado atrás de la puerta del baño.
y siempre terminás metiéndote en mi cama.
y jugás arrancándome la punta de los dedos.


4
Creo que no te quiero
que solamente quiero la imposibilidad
tan obvia de quererte
como la mano izquierda
enamorada de ese guante
que vive en la derecha.
 (Julio Cortázar)

domingo, 24 de julio de 2011

♪...
ahora me escondo y te observo y te puedo decir:
yo mataré monstruos por ti,
sólo tienes que avisar
...♫

(love of lesbian)

viernes, 22 de julio de 2011

no puedo ser otro.
no quiero.
ayer hice silencio y me parece que él entendió.
es la mezcla justa. pero no sos vos.
porque vos estás ahí.
y tengo palabras adentro
golpeándome la garganta.
besos.
dedos.
y la muerte.
y no hablo de pequeñas muertes.
hablo de irte lejos
y no poder volver.
hablo de irte lejos y yo llorando
con los pulmones rotos.

domingo, 3 de julio de 2011

hoy escuché en la tele que la desgracia es una bendición disfrazada
y me dejó pensando un buen rato.
esa disposición metódica de la espiritualidad a la condición de destino
de fines supremos
y siento futuros lejanos en la otra cuadra.
las vueltas que tenemos que dar para que los hechos sucedan.
que tuve que perder ese colectivo para después tener que ir parado.
que justo ese día tenía que ir al centro, en vez de ir a la escuela directamente.
que siempre lo llevo en el bolsillo que está adentro. pero noséporqué lo puse en el de afuera.
que leí ese comentario y me interesó ese blog.
que de pronto me crucé con esa foto.
que todos los hilos están conectados.
todos.

y llegué a la conclusión que más que nunca necesito ir a un psicólogo
que la música hermosa ya sólo hace darme vueltas en mí mismo
y que estar solo la mayor parte de mi tiempo sólo me corroe
como caracol encerrado

otro celular que se va lleno de mensajes.
como si los ladrones se encargaran de robarme aquello que no debo tener
eso que me hace mal.
y van tres
y no aprendo