viernes, 30 de julio de 2010





hacete un caracol con todas esas promesas
y llevalo a pasear por el parque
súbanse juntos a la calesita
y hacelo vomitar todo el rojo que te haga falta.

jueves, 29 de julio de 2010





iba por la calle en mi playera amarilla y la verdad es que no miro demasiado a la gente hace un par de semanas. antes me la pasaba observando sus caras. a veces inventaba lo que pensaban. qué habían comido esa mañana. si, soy esquizoide. iba por la calle en mi playera amarilla y lo descubro mezclado en un tupido almanaque de caras. acá cerca. como suponía que iba a pasar. pero no ahora.
no me temblaron las manos como sospechaba en mis alucinaciones. no intenté enterrar mi cabeza en el asfalto ni hundir los dedos en mis palmas hasta ya no verlos. ni sentirlos. abrí un poco más los ojos para asegurarme.  si. era él. empezó a sonar en mi cabeza una musiquita por demás conocida:


♫... I'm strangled by your haunted social scene
just a pawn out-played by a dominating queen... ♫

una sonrisa desbordante de malicia se adueñó de mi cara, debo reconocerlo. él me miró fingiendo sorpresa. (si venís hasta acá es probable que nos crucemos, no?) frené con tranquilidad la bici. se me antojaba escupirle un par de enojos a la vereda. no me percataba de la gente alrededor ni de los autos pasándome a cuarenta centímetros.

 ♫... it's four o'clock in the morning
damn it listen to me good
I'm sleeping with myself tonight
saved in time, thank God my music's still alive ♫

miré la película "definitivamente, quizás" unas cinco veces. siempre me gustó el momento en el que will encuentra por casualidad el libro que april buscó por años pero cuando llega a su casa para dárselo, ella estaba con otro, así que desiste. pasan otros tantos años para que se atreva siquiera a mirarla a la cara (luego obsequiárselo). ya no eran los mismos. la vida de las personas cambia tanto. me sentaba a imaginarlo entrar en el departamento y dejarlo solo hurgando el living para que se ponga a ver la biblioteca y sin ayuda encuentre ESE libro mientras yo terminaba de cocinar. seguramente iba a pedir permiso para abrirlo, y seguramente antes que pudiera emitir palabra él ya habría leído la dedicatoria escrita hace tiempo en un papel fabriano. 

♫ and someone saved my life tonight sugar bear
you almost had your hooks in me didn't you dear... ♫

estaba muy tranquilo. sabía tan perfectamente que era lo más sano haber salido de ahí en su momento (a empujones) que mi mueca de maldad se borró y le dí un abrazo. no un abrazo-abrazo. sólo un abrazo de esos que me salen medio simulados. en la calle. somos personas de familia sin contacto físico. permítanmelo. 

♫ ...you're a butterfly
and butterflies are free to fly
fly away, high away, bye bye  ♫

no improvisé. sabía que aún no había cambiado mucho. sólo tenía el pelo más largo y los ojos más chiquitos. le dije hola, estoy apurado. ojalá que estés bien. me subí de nuevo a mi bici despatarrada. me hundí otra vez entre los autos. no di vuelta la cara para reconocerlo mirándome. sabía que lo hacía. tenía el corazón un tanto acelerado y las neuronas rugían en su jaula. pero me fui directo a la escuela.
recién cuando llegué a mi casa a la noche me acordé de los sucesos.

fue cuando ví el lomo del libro esperándolo.




el azar se azarea a su antojo
y el revistero de la sala de espera del consultorio
me grita a dos voces: "¡basta!"
menuda coincidencia la mía
entrevistarme ese día con el diptongo colgado en la puerta
y saber que frente a tus ojos yacían otro par
desvelado, moribundo.
me adentré en la cúpula que cubría el cielo
y el desalineado cometa no pudo más que caer en picada libre
me tiraste tres dardos
(jadeantes)
me conformé con tu cara
y despeinásteme de ideas
tragué vómitos enteros de malicia
esperando ver mejores tardes
y las tardes se enredaron en saliva
(riendo)
si me das a elegir
te escupo a la cara
y enarbolo la bandera del color que quieras
si me das a elegir
me extirpo neurona a neurona
y me entrego a ellos adelantándome dos turnos
si me das a elegir
vuelvo a viedma
y te abrazo desde temprano
acunándote despacio, para que nada te lastime
28/08/2008

(soy carne de contradicciones, de más está aclararlo)

martes, 27 de julio de 2010





A. los buenos psicólogos no quieren que les cuentes.
quieren que quieras contarles.

B. los delfines duermen con un solo hemisferio del cerebro.
es decir, son los únicos seres capaces de nadar y soñar a la vez
(y elegir cuando hacerlo).

C. el cielo se ve más bonito desde el patio de tu casa.

D. hay mil ochocientos ochenta y cinco gusanos
que buscan hogar en mi noche.

E. me temo cuando no te temo.

domingo, 25 de julio de 2010





cuando era chico me intrigaba sobremanera por qué las dos rosquitas que tienen los cassettes giraban a velocidades distintas. se nota que siempre fui un perseguido de los detalles minúsculos y aparentemente indeterminantes. años después de grabar canciones de fm hit (rezando para que mariela o daisy no pisaran el final con sus comentarios) me percaté de un hecho para nada menor: la velocidad de las rosquitas se debe a que sólo una de ellas es la que se mueve mecánicamente. la otra lo hace por tracción de la cinta. si las dos trotaran al unísono no tendríamos más que un semejante enredo en pocos segundos.
si nos fijamos con atención, cuando ponemos un lado del cassette, al principio la de la derecha va mucho más acelerada. y al final de ese lado, llegando a los 30 minutos, es la de la izquierda la que corre a más no poder. por lo tanto. sólo en un instante, a los 15 minutos exactos de reproducción ,las dos parecen sincronizadas. es sólo una fracción de tiempo. diminuta.
podríamos hacer un traslado arbitrario de estas características al plenario de humanoides que andan dando vueltas. que algunos van muy rápido. que otros van muy lento. de más está decir que cada uno se desliza a su tiempo. y que no basta con abrir los ojos para cambiar ese ritmo. muy de vez en cuando, si nos parecemos a la rosquita derecha, tarde nos damos cuenta de lo que significa siempre siempre esperar.
(y ellos ahí, tan cómodos)

sábado, 24 de julio de 2010





cada vez me resulta más coherente y menos escandalosa la teoría que reza que cada ser vivo del planeta corretea por ahí con una serie de hilos imperceptibles que lo conectan con algunos otros. debemos tener unos dieciséis o diecisiete. son hilos finitos. de un material parecido al acero. pero no tan brillante. y en ese correteo vacante y expedito los hilos se van cruzando. se tocan. se repelen. se abrazan. a veces se enredan. en ciertas ocasiones se cortan. cade mencionar que esto no sucede habitualmente, puesto que el material suministrado por la empresa proveedora de hilos finitos de un material parecido al acero pero no tan brillante asegura ser irrompible. pero ya sabemos que el uso indebido del producto hace que perdamos la garantía. está escrito en la letra chica. edgar, un señor.

jueves, 22 de julio de 2010





es evidente que un porcentaje elevado de la población pertenece a una secta oculta que desconozco. no sólo en luján. hay miembros en pilar, en moreno, ni hablar de buenos aires y ¡hasta en villa rosa! (wtf?!) las partículas de aire me persiguen. así como lo leen. es increíble pero de cada tres personas que huelen en la calle (contando aquellas que lo hacen bien y las que no, y eliminando aquellas que parecen estar envueltas en papel film o las otras que por lejanía o rapidez en el paso, me son imperceptibles) una tiene ese perfume. y es muy sospechoso.
ok. es barato. ok. ok. es rico. ok. ok. ok. es conocido  hasta el hartazgo por la clase media argentina. pero una de tres es demasiado para mi gusto. 
y debo reconocer que mi reacción es lo suficientemente contradictoria como para que analice esta situación con detenimiento. me provoca tanta aprehensión como rechazo. y no ese rechazo que viene de lo mal parido. no ese que repulsa. adentro. sino ese que dice no quiero que te metas en mi nariz ahora. no es momento.
anoche soñé que dormía en una especie de destacamento del club luján, ubicado en quiénsabedónde (parecía ser una calle céntrica, más pien porteña), con vidrieras a la calle. cada dos minutos y fracción sonaba el teléfono que estaba a los pies de la cama cucheta porque estaba ligado (o eso creí yo y lo desconecté) y a las 6.30 de la mañana (había un reloj grande colgado de la pared en mi sueño) me desperté entre mucha gente que esperaba para hacer trámites: si, si. la habitación vidriada era la sala de atención al público (no me pregunten para qué había camas ahí). 
vuelvo con el hilo: entre los transeúntes pasivamente sentados, en las proporciones antes mencionadas, ciertos personajes olían de esa peculiar manera. repito: las particulas de aire se ordenan sobremanera a mi paso. hasta en mi inconciente. lo sé. las miro con los ojos desorbitados y se me ríen en la cara. porque digamos que el viento podría jugarle una buena pasada a este barrilete. entérense que no lo hace.

(no quiero verlo. no todavía.)

sábado, 17 de julio de 2010





supongamos que la pausa fue positiva. supongamos que miré adentro y me sé una porción más que hace dos minutos. supongamos que la estabilidad y la fortuna han caído en mi cama mientras dormía. y me dieron un sopapo, un instante. supongamos que camino (aunque sea) un poquito más seguro por la calle, aunque mantengo mi chuequera y mi falta de prestancia.
me levanto temprano dos veces por semana. aprendí a cortarme el pelo solo y ya no me rapo todo. sigo cantando cuando escucho canciones en mi pieza. y me revuelven las ganas de volver a tocar el piano.
descubrí unos violines que suenan mojados. y las luces de la ciudad desde el río. supongamos que dormí placenteramente en aquel viaje. supongamos que ahora duermo cada vez que subo a algún colectivo. y que aprendí a despertarme en el momento preciso.
supongamos que esto es sólo un párrafo nuevo.

que en invierno hasta los cuerpos más robustos flaquean ante el aire casi inmóvil. destilado. pero los pájaros cantan escondiendo al viento entre sus plumas. despistándolo.

domingo, 11 de julio de 2010

qué bien que disimula
aquella gente que no alimenta.

he dicho.